El terapeuta no es un salvador que soluciona problemas, sino que propicia un espacio seguro y creativo que ayuda al paciente a recuperar sus capacidades personales y a descubrir nuevas herramientas para abordar sus problemas.
Las intervenciones terapéuticas son respetuosas y constructivas, logrando resultados profundos y duraderos.
La exploración de recursos somáticos por parte del profesional preserva su salud física y mental porque le aporta recursos para su autocuidado.
Todos los enfoques terapéuticos se benefician cuando conectan con la sabiduría del cuerpo, explorando sus herramientas, habilidades, fortalezas y potencial curativo. Así, el cuerpo en el vínculo terapéutico produce una sintonía somática que facilita los procesos, fortalece la alianza terapéutica y genera una predisposición óptima.
En este manual los profesionales encontrarán sugerencias prácticas que enriquezcan su creatividad personal, al aportar una base teórica sólida y diversas técnicas prácticas.