El lector encontrará en esta obra una fértil síntesis de neurociencia, psicología del desarrollo humano, y una sofisticada Teoría del Sujeto, en cuanto resultante de su matriz relacional y socio/cultural, después ampliada a la comprensión de los grupos naturales de pertenencia (o “estructuras de acogida”) del ser humano: Pareja y Familia. Coderch y Plaza, ya desde el capítulo introductorio nos hablan de la consecución del bienestar personal, que podemos definir como comprensión emocional recíproca Sí mismo/Otros o mutuo reconocimiento que se inscribe en la experiencia de coherencia entre lo que cada sujeto piensa, siente, expresa, actúa en el marco de posibilidades de su matriz relacional y cultural/social. Un equilibrio trans-subjetivo entre agencia, singularidad, continuidad-coherencia y reflexividad, que deriva tanto de la intersubjetividad como la construye. Un compromiso con nuestra comunidad y realidad social en las “emociones de la transcendencia”: la búsqueda del sentido de la propia vida, la preocupación por los otros, y el esfuerzo por ser uno mismo, no pueden darse más que en un contexto social y cultural concreto, aquel al que pertenecemos