Las altas capacidades son tan desconocidas como mal interpretadas por una parte importante de la sociedad. Ni se detectan, ni se identifican ni se atienden adecuadamente. Las estadísticas nos lo confirman. Nuestro futuro depende de nuestras mentes, de las más capaces, y también de las capacidades que todos podamos desarrollar. Por ello, desde muchas iniciativas, perspectivas y modelos, se pretende señalar dónde se encuentran nuestros déficits e insistir en los caminos para resolverlos. Este ensayo es el resultado de años de trabajo, de experiencias, de observación, de vivencias y de información válida y fiable