¿Qué pasa cuando en un sistema educativo se introducen ideologías como el igualitarismo, el multiculturalismo, la ideología de género y el desarrollo sostenible, es decir, cuando los políticos empiezan a utilizar la educación para cambiar la sociedad más que para que los alumnos adquieran conocimientos? El resultado es menos tiempo dedicado a las materias escolares. Suecia es un ejemplo de un país que ha perdido calidad educativa por la introducción de una serie de metas políticas en la educación. El conocimiento en crisis describe y explica el trasfondo de este cambio. Corrientes de pensamiento como el posmodernismo y el constructivismo social afirman que el conocimiento no es realmente importante, que la escuela no tiene por qué insistir en el aprendizaje intelectual y que es mejor enseñar actitudes sociales deseables. El libro examina estas ideas desde diferentes puntos de vista y termina rechazándolas como negativas para la sociedad y para los alumnos como individuos. La educación sueca ha sido una referencia en los países hispanohablantes y, por eso, El conocimiento en crisis también sirve de advertencia. A pesar de tener Suecia una excelente tradición educativa y a pesar de invertir en la educación desde hace mucho tiempo, la introducción de las nuevas ideologías ha tenido un efecto negativo en los conocimientos.