El ser humano tiene la tendencia a estigmatizar como erróneo todo lo que no es común a la gran mayoría. Y lo tildamos de enfermedad o trastorno. Con este examen injusto toda forma de pensar y procesar diferente se verá condenada al fracaso. Y así es como se ha sometido a la población autista durante décadas: no eres capaz de adaptarte a la sociedad, te excluyo de ella. Un sistema de procesamiento diferente que no en caja en la forma en que la mayoría procesa.
Mientras se siga manteniendo el arquetipo de autismo como enfermedad, o en su forma más diluida: trastorno. Habrán quienes busquen el camino fácil: erradicarlo o apartarlo. Solo desde la concepción del autismo como una neurodivergencia, una percepción distinta del mundo, podemos ayudar a cambiar el concepto que se tiene del mismo. Y esta transformación conceptual pasa por cambiar el mundo, y no a las personas en el espectro