Desde sus comienzos, el psicoanálisis de niños ha tenido ciertas marcas que lo hicieron diferente. Estas marcas fueron dibujando la silueta de una especificidad. Los niños se expresan de múltiples maneras, sueñan, relatan fantasías diurnas, juegan y dibujan. No existe una interpretación a priori, y es necesario aprender los elementos del léxico de cada niño. A partir de la clínica, los autores desarrollan y profundizan en esta especificidad que hace del psicoanálisis de niños una de las aplicaciones más difíciles de la clínica psicoanalítica. La demanda y las primeras entrevistas, el proceso diagnóstico, el trabajo con los padres, el encuadre, la interpretación de los sueños, del juego y del dibujo, la transferencia y el fin de análisis son los temas tratados en este libro. Está especialmente indicado para todos aquellos que quieran profundizar en este difícil oficio, haciendo particular hincapié en las nuevas aportaciones sobre la técnica y su teoría, que ha de adaptarse a los nuevos tiempos y al lugar que el niño tiene en el mundo contemporáneo. Los niños a los que los autores dedican su práctica son hijos de una época que cambia, que se modifica, y en ese intercambio han tenido que agregar a este libro algunas situaciones que vuelven a cuestionar como clínicos y como psicoanalistas: niños que manejan tablets a los dos años, hijos de una sociedad líquida que termina creando nuevas patologías