La mediación y otras formas de resolución de conflictos trabajan sobre todo con personas. Y las personas son relaciones, emociones, lenguaje, formas de pensar y sentir. Son, en definitiva, sujetas. Como mediadores y mediadoras trabajamos con la subjetividad. Podríamos concluir que el espacio de trabajo de la mediación es lo que ocurre entre los sujetos, por lo que podemos afirmar que el objeto de nuestro trabajo es, precisamente, la intersubjetividad. Como psicólogos y psicólogas tenemos una formación de base, unas herramientas y una praxis que nos predispone a tener una buena mirada para trabajar en una disciplina que estudia y gestiona el conflicto, que trabaja con las relaciones y que llega a acuerdos entre las personas .
Por eso consideramos que por el bien mismo del éxito de la mediación como profesión es prioritario el papel de los psicólogos y psicólogas a tres niveles.
Primero, como ejercientes de la misma. Sin perjuicio de que hay excelentes profesionales que vienen de otras disciplinas, es importante que los psicólogos y las psicólogas se sigan formando como mediadores y mediadoras, ya que para nosotros supone una continuidad natural con lo que es su propio campo de acción.
En segundo lugar, porque consideramos que la mediación y otras metodologías de resolución de conflictos están en un constante proceso de construcción, en el que sigue siendo importantísimo que se puedan enriquecer con nuevos conceptos y nuevas técnicas que pueden derivarse de nuestros conocimientos como profesionales de la psicología.
Y, en tercer lugar, porque consideramos crucial y de primordial importancia estratégica la presencia de los psicólogos y psicólogas en los organismos de decisión y legislación en materia de mediación y otros métodos de resolución de conflictos. Nuestra visión pone en el centro a la persona y sus formas de relacionarse, y esta perspectiva puede verse descuidada sin nuestro concurso, con lo que caeríamos en el riesgo de diseñar unas instituciones y unas leyes de mediación demasiado esquemáticas, demasiado sesgadas hacia la mera protocolización y, en definitiva, demasiado expuestas a convertirse en un mero sucedáneo de los procedimientos judiciales.
Venimos entonces a poner nuestro grano de arena para ayudar a la mediación como disciplina a crecer y creemos firmemente que la mejor forma en la que podemos ayudar es recuperando un papel protagonista por los psicólogos y la psicología en este ámbito.
Nos planteamos que más compañeras y compañeros de la psicología se sumen a la mediación y entiendan que puede ser una extensión natural de su acción. Apostaremos por que el COPC vuelva a liderar el impulso de la mediación en los próximos años. Nos parece que siempre ha sido necesario, pero después de la resaca post pandémica que trae nuevos malestares en la cultura lo encontramos absolutamente primordial.
Esperamos estar a la altura del reto y contamos con todos y todas vosotros para alcanzar nuestras metas. Estamos seguros de que juntas y juntos podremos hacer muchas cosas y muy buenas.
Ponemos a su disposición este correo para que nos hagan llegar cualquier inquietud o propuesta: seccioarc@copc.cat.